Sunday, July 29, 2012

JMN DESDE SU TRINCHERA

JMN DESDE SU TRINCHERA


FELIZ 28 DE JULIO

Posted: 28 Jul 2012 01:02 PM PDT

¿UNA FIESTA NACIONAL O UNA FIESTA INDIVIDUAL?

Yo amo este país, yo decidí desde niño vivir y morir en él, me la jugué por disfrutarlo y por padecerlo, por luchar quijotescamente desde mi modesto oficio de abogado, contra la mediocridad, contra el poder que tuerce la verdad, la ley y la dignidad de la gente. Contra el servilismo que encumbra y acomoda a los pillos. Aquí estan mis muertos y mi historia. Aquí se mezclan las historias de quienes le dieron color a mi sangre, la del ancestro negro, la del bisabuelo francés o la de la abuela mexicana. Esta no es finalmente una biografía `personal, es la historia común de todos los peruanos, es el mestizaje del que siempre se habla y del que hablaran  los hijos de nuestros nietos.


 En días como estos, nos aflora el nacionalismo, el amor al Perú y a lo peruano, izamos las banderas en nuestras casas, teñimos de blanco y rojo el espíritu, nos empujamos un pisco y hay quienes se meten coca con vino tinto para no desentonar con la fecha. Pero esta es una fiesta que con la apariencia de lo colectivo, tiene un sentido individual, personal. La pinche realidad es que el amor al Perú obliga a  tener una sensibilidad, un sentido  de lo colectivo, de lo nacional, un amplio contenido social. Y el problema es que en éste país, el peruano está acostumbrado a pensar primero en él, segundo en él y tercero en él. Que en el Perú se privilegia el proyecto personal, que la vida y el futuro es entendida generalmente como el resultado de un esfuerzo individual y no de una lucha colectiva por construir una nación, por eso no tenemos todavía un proyecto nacional, por eso es que no somos una nación en el verdadero sentido del concepto y el regionalismo es interpretado y ejercido como un feudo que tiene interes y visiones propias que tienen valor en la medida que no entren en conflicto con el resto de lo que es el Perú, en un país fraccionado socialmente (hoy en día la cultura es un elemento articulador pero no es suficiente) en un país dividido ideologicamente, separado entre pobres y ricos, poco inclusivo e incomunicado físicamente por falta de infraestructura que nos una. 


Por eso es que ya no hay partidos sino membretes políticos en los que cada quien se va por la libre, busca encajar con demagogia y oportunismo un proyecto personal. Por eso es que tampoco hay interes en construirlo o reconstruir los partidos; porque afectan el interes de las cúpulas que terminan en una suerte de usurpación electoral del poder (pues simplemente rotan en los cargos) de  instituciones que deberían buscar el poder para ejercerlo en beneficio de todos, pero que terminan quedándose simplemente en el "business of rule" o en el negocio del gobierno.

 No hay en el Perú historicamente, ni  hoy ni  ayer, un concepto de lo nacional, un sentido de lo social y del valor de lo colectivo. No hemos podido articular una identidad nacional  estable, articulada, coherente;  nos interesa un pito si roban al estado pero nos arañamos si nos tocan nuestro patrimonio o nuestro peculio; no podemos ponernos de acuerdo en temas que tienen que ver con lo que es de todos porque defendemos intereses y cuitas personales, entre otras cosas porque la ley esta simplemente en el papel y como se aplica en función de las personas, el poder se neutraliza con la grita y con la turbamulta de  gobiernos que como en la realidad no representan un estado, una nación;  confunden temerosamente, autoridad con autoritarismo. Por eso anclados en el tiempo recurrimos a la intervención de los dioses para llegar a consensos y convocamos a los sumos sacerdotes para que traigan la lluvia y sirvan de mediadores y de interlocutores válidos. En el contexto anteriormente  descrito, esta termina siendo una fiesta de la patria chica, una fiesta de la relación de pequeñas cosmovisiones con una mayor que tiene aspecto comunes y elementos aglutinadores (la expresión cultural) que se tiende a llamar nación sin específicamente serlo. En ese contexto solo cabe esperar de cara al BICENTENARIO, que los dioses nos sean propicios para construir una nación, algo dificil sin partidos políticos y sin liderazgos de solera con visión de futuro, que entiendan finalmente la necesidad de llevar adelante las grandes reformas  que necesita el Perú y que partan de la definición hegeliana de Estado como "la actualización de la idea ética"  en un país donde los valores no cuentan mucho.



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