Thursday, March 28, 2013

JMN DESDE SU TRINCHERA

JMN DESDE SU TRINCHERA


LA VEJEZ Y LA POLITICA

Posted: 28 Mar 2013 07:15 AM PDT

REFLEXIONES AL PASO:


Escuchar la noche de ayer al viejo líder aprista ARMANDO VILLANUEVA DEL CAMPO, declarar en la televisión sobre el indulto a Fujimori y la candidatura de Nadine Heredia, me hizo reflexionar sobre la vejez y la política; sobre las razones que llevan a algunos políticos a despecho de su edad   a no optar por la jubilación y preferir la figuración, a pretender seguir haciendo política "activa"; usufructuando o disfrutando del poder o de la imagen del poder. 

Y digo a pretender, porque es indudable que la vejez implica una disminución de facultades, por más que desde el punto de vista emocional y subjetivo; más allá de prejuicios y estereotipos y de condicionamientos socio culturales,  esta etapa de la vida esta asociada a la experiencia, a la madurez y a la sabiduría. 

Es indudable que este no es el caso de Don Armando, que supo retirarse a tiempo de la política, para no ser utilizado por quienes controlan su partido; un hecho  que lo convierte no solo en el líder histórico que es, sino en una figura patriarcal y en un referente de la política peruana, que termina cambiando la imagen del político duro que lo caracterizo, para envolver su historia política, en esta etapa de su vida. En la venerable ancianidad, en la que la sabiduría, la reflexión y la experiencia,  son las que lo identifican emocional o sentimentalmente con las nuevas generaciones.

Si hacemos un paralelo entre la política y la vejez, podemos ver, que en el caso de la política, lo que marca el significante, es la lucha entre contrarios; esa dicotomía entre el amigo y el enemigo por la búsqueda del poder; mientras que en el caso de la vejez, hay también una lucha (que tiene diversas aristas) entre aspectos o valores positivos y negativos, que tienen que ver con no reconocer una realidad, con detener el reloj biológico, con mejorar las condiciones de vida -de un anciano, al que  se le prefiere llamar de otra manera, adulto mayor, de la tercera edad, etc. para supuestamente no ofenderlo- y enfrentar al estereotipo o al contrario, identificado por la juventud y por todo lo que ésta representa, en un contexto caracterizado desde la perspectiva de la vejez, por la falta de proyectos y por la inevitable experiencia de la muerte.    

Si analizamos en éste contexto, la personalidad del político, esta suele estar marcada por presentar una imagen, que no es la del hombre auténtico; una imagen que esta diseñada para encandilar, para marketear, para captar votos. Lo que implica una falta de autenticidad, la grosera utilización de dios como respaldo de sus actos políticos; de la mentira como  elemento imprescindible del andamiaje político. Por eso es que el gran problema de los ilustres caballeros que nos gobiernan, es que nos termina dirigiendo gente de doble rasero, caretas, personajes dominados por sus defectos; los mismos que fluyen cuando menos se espera y que igualmente, terminan perjudicando o desencantando a los gobernados. Ciudadanos marcados por una cultura de masas de carácter patriarcal y proclive al autoritarismo como sinónimo de orden, que les terminan dando un poder, que a lo largo de la historia y en diversas realidades, ha sido ejercido en contra de los intereses populares, de manera corrupta  y anti democrática. Lo que implica que finalmente, en un político la personalidad puede terminar siendo más importante que sus ideas. 

Si a lo anterior se suma, la egolatría, la ambición y la vanidad, propia de los políticos, de una persona que ha ejercido un poder, por pequeño que éste sea; esto implica en un hombre viejo, un sentimiento que lo regresa a su pasado; que le hace vivir la ilusión de que no ha perdido poder. Un espejismo que lo hace ofrecer cualquier cosa para mantener su imagen, aunque esta promesa este alejada del sentido común y de la realidad. Winston Churchill decía que el político se convierte en estadista cuando piensa en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones. Y aquí radica una gran diferencia entre un tipo de políticos, que han sabido retirarse a tiempo y ocupar un lugar en las diferentes historias que han ayudado a escribir o protagonizar;  y otro tipo de políticos, que con su presencia y su limitaciones pretenden seguir siendo los actores políticos que hace tiempo dejaron de ser; y terminan generando  poderes tras bambalinas, ocasionando lo que su complejo adánico pretende evitar y siendo  utilizados por intereses de terceros, ajenos a la institucionalidad y a los valores democráticos. Gonzalez Para no darle largas al asunto: Gonzales Prada tenía finalmente razón.


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