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Tuesday, June 26, 2012
Friday, June 15, 2012
EL HIJO PUTA (PREMIO 2012 NOVELA CORTA EN MADRID
EL HIJO PUTA
(PREMIO NOVELA CORTA 2012-Madrid)
Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero. Descolgué el auricular y marqué el número de memoria. Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo:'¿Qué quiere?'.'Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?' dije amablemente.'Te has equivocado, gilipollas', me respondió y acto seguido colgó.
No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda para buscar el número de mi compañero y comprobé que, efectivamente, me había equivocado. Pero como aún recordaba el número 'erróneo' que había marcado anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me cogió el teléfono no esperé a que contestase y le dije:'Eres un hijoputa', y colgué rápidamente.Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la palabra 'hijoputa'.
Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me llegaba una letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía con mi mujer, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar le decía:'Eres un hijoputa'.Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más relajado.
Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio de identificación de llamadas, lo cual me deprimióun poco porque tuve que dejar de llamar al 'hijoputa'.
Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número de teléfono y cuando escuché su voz le dije:'Hola, le llamo del departamento de ventas de Telefónica para ver si conoce nuestro servicio de identificación de llamadas'."No", me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono.Rápidamente lo volví a llamar y le dije:'Eres un hijoputa'.
Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta lo hacía muy lentamente,.. y cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar la plaza libre, apareció un Golf GTI negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar.Comencé a tocar el claxon y a gritar:
'¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!'.El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me quedé completamente frustrado y pensé:'Este tío es un hijoputa. El mundo está lleno de ellos'.. Justo en ese momento vi un letrero de 'SE VENDE' en el cristal de atrás del Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar otra plaza de aparcamiento.
A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa' y me acordé que había anotado el nº del tipo del Golf, inmediatamente le llamé y le dije:- 'Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se vende?'- 'Sí, yo mismo'- '¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?'- 'Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa, es un bloque amarilloy el coche está aparcado justo enfrente de la casa'- '¿Cómo se llama usted?'- 'Enrique Juárez'- '¿Qué hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los detalles de la operación, Enrique?'.- 'Pues yo suelo estar en casa por las noches'.- '¿Puedo decirle algo, Enrique?'"Si, claro'- 'Enrique, eres un hijoputa de la hostia', y colgué el teléfono.
Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del otro, pero en este puse el nombre de 'hijoputa II'.Ahora tenía dos 'hijoputas' para llamar y así estuve durante dos o tres meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que comenzaba a aburrirme un poco.
Me puse a pensar en serio sobre cómo resolver este problemilla y al cabo de un par de whiskys se me ocurrió algo.Primero llamé al 'hijoputa I':- 'Dígame'- 'Hola hijoputa' - pero esta vez no colgué.- '¿Estas ahí todavía, verdad, peazo cabrón?'- 'Si, hijoputa'.- 'Deja ya de llamarme o....'- 'Noooooo'.- 'Si supiera quién eres te rompía la boca', me dijo.- 'Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a buscarme. Vivo en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa, en un bloque amarillo, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf GTI negro, so hijoputa'.- '¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tú sí que eres un hijoputa y ya puedes ir rezando todo lo que sepas.Te voy a matar a hostias.'- '¿Sí?. ¡Qué miedo me das, hijoputa!' y colgué el teléfono.Inmediatamente llamé al hijoputa II:- 'Dígame'- 'Hola hijoputa' y no colgué.- 'Como te pille algún día...'- '¿Qué me vas a hacer, hijoputa?'- 'Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón'- '¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy hacia tu casa' y colgué.Por último, cogí el teléfono y llamé a la policía. Les dije que estaba en la calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa.Luego hice otra llamada rápida al programa 'Madrid directo' de Tele Madrid, y les dije que iba a haber unapelea de pandillas en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa. Seguidamente me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche.Te juro que fué una experiencia que nunca olvidaré. La mayor pelea que he visto en mi vida. Creo que de rebote, hasta los cámaras de Tele Madrid se llevaron lo suyo.En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono me contestes en tono amable ... a sabes, ... no es bueno que yo me irrite.Premio novela corta 2012-Madrid
NUESTRA POLICIA Y LA GUERRA DEL PACIFICO
Nuestra Policía en la Guerra del Pacífico
Por Oscar Loo LiraLos peruanos tenemos el sagrado e ineludible deber de evocar el valor y la abnegación de nuestros compatriotas que se sacrificaron con heroísmo defendiendo el honor y la integridad de la Patria. Y lo debemos hacer con altura y dignidad, sin el veleidoso propósito reivindicacionista o de revivir rencores. Los héroes de la guerra, incluyendo a la masa anónima que supo dar todo su esfuerzo y bizarría, supieron dictar una lección moral y cívica de imperecedera validez.
La conmemoración de un aniversario más de la Batalla de Tarapacá, ocurrida un 27 de noviembre de 1879, no solo propicia la evocación de gloriosos episodios, unos, y dolorosos otros, ocurridos durante la infausta Guerra del Pacífico; no solo sirve para exaltar el calificado heroísmo de los peruanos en una contienda innoble y desigual; para rescatar del olvido a figuras singulares y para aclarar conceptos en torno a versiones históricas que es preciso revisar con nuevos enfoques, sino que también motiva serios estudios sobre aspectos que han sido ligera o equivocadamente tratados.
A este último caso se dirige el presente artículo, referido a un tema que no ha sido abordado muy claramente, cual es la significativa, trascendental e inobjetable participación de la Policía en todo el proceso de la conflagración de 1879.
La Policía antes de la Guerra con Chile
Es interesante, dentro de esta investigación que llevamos a cabo, dar a conocer que el progresista gobierno del Presidente don Manuel Pardo y Lavalle (1872-1876), que introdujo notables reformas en la administración pública, demostró especial interés en organizar las fuerzas de Policía, a nivel nacional, dotándolas de una sola Ley Orgánica y de los Reglamentos unificados que requerían y que hicieran eficientes los servicios que prestaban a la población. Así, se acabó con los anticuados cuerpos policiales que hasta esa época servían en Lima y en los demás departamentos del Perú, cada uno con su propio Reglamento particular, que era aplicado al arbitrio de las autoridades provinciales.
Actuando a mérito de una Ley expedida por el Congreso de la República el 7 de abril de 1873, el Presidente Pardo y su Ministro de Gobierno, doctor Francisco Rosas, expidieron los Decretos Supremos de fecha 31 de diciembre de 1873 y de fecha 23 de marzo de 1874, que fueron fundamentales, y después las Resoluciones Supremas de fechas 23 de marzo, 27 de abril, 3, 8 y 12 de mayo, 23 y 25 de junio, 8, 10, 26 y 30 de septiembre y, 9 de noviembre de 1874; y, 9 y 21 de abril y 24 de mayo de 1875, disposiciones legales, todas estas, que se refieren a la creación, distribución en toda la República, Reglamentos de Servicios, de Uniformes, Derechos, Obligaciones, Haberes, Sanciones y otros, de la Guardia Civil y de la Gendarmería, como fuerzas integrantes de la Policía peruana y con jurisdicción en todo el territorio nacional 1.
Los grados jerárquicos eran: Comisario Jefe, Comandante de Guardias, Mayor de Guardias, Inspector de Guardias, Subinspector de Guardias, Guardia de 1ª Clase, Guardia de 2ª Clase y Corneta.
Aunque el Congreso de 1873 había autorizado al Ejecutivo a dar de alta a un efectivo de cinco mil Policías, se inició el servicio con un mil 912 Guardias Civiles y un mil 640 Gendarmes, distribuidos en 19 departamentos de la República, entre los que se contaba la Provincia Litoral de Tarapacá, colindante por el sur con el departamento boliviano de Atacama 2.
La Guardia Civil de Arequipa
Hacían cerca de seis años que la Guardia Civil y la Gendarmería prestaban sus servicios en el país cuando Chile le declaró la guerra al Perú el 5 de abril de 1879. Como patriotas, hombres de entereza y expertos en el manejo de las armas, hechos al sacrificio y formados con disciplina castrense, los Guardias Civiles y los Gendarmes, con gran ánimo, se aprestaron prontamente en defensa de la Patria, acudiendo al llamado del Gobierno y uniéndose a las fuerzas del Ejército de Línea, que marchó al teatro de operaciones, y en el que supieron destacar por su valor y heroísmo, llegando hasta el holocausto.
Así, el 14 de mayo de 1879, el Batallón de Gendarmes de Infantería de Lima fue declarado fuerza de línea e integrante del Ejército Peruano, dándosele en ese nuevo estado el Nº 14. Cosa similar ocurrió con la Guardia Civil y la Gendarmería, destacadas en diversas circunscripciones, cuyos efectivos, por no ser muy numerosos, pasaron a refundirse en las Unidades del Ejército. Mencionaremos algunos casos concretos: los Guardias y Gendarmes del Cusco se incorporaron al Batallón "Zepita" Nº 2; los de Puno, al Batallón "Ayacucho" Nº 3, denominado meses después, "Pisagua" Nº 9; y, los Guardias de Cerro de Pasco, a la Columna llamada "Prado", que al integrarse a otra Unidad cambió de denominación.
Como se ve, las fuerzas policiales, propiamente dichas, perdieron temporalmente su identidad y sus miembros fueron considerados, genéricamente, Soldados. De ahí que se haga difícil la ubicación de los efectivos policiales en los diferentes frentes de batalla y a través de toda la secuencia de la guerra.
Hubo, sin embargo, casos particulares en los cuales dichas fuerzas evidenciaron con nitidez su origen y condición, diferenciada de las demás tropas combatientes, como la Columna o Subunidad "Guardia Civil de Iquique", o simplemente "Guardia de Iquique", que comandara el Sargento Mayor Cipriano Soto, uno de los Jefes fundadores de la Guardia Civil de Arequipa en 1874; la Columna "Gendarmes de Iquique", del Teniente Coronel Manuel E. Gómez; y, el Escuadrón "Gendarmes de Caballería de Iquique", al mando del Teniente Coronel Pedro Espejo.
El caso más notable de esta presencia y activa participación de las fuerzas de Policía en la Campaña Militar del Sur lo constituyó la Guardia Civil de Arequipa. Dado el considerable número de sus efectivos -el más grande después de los que contaba la Institución en Lima y el Callao-, y debido al ardor patriótico y celeridad con que actuó el Prefecto de Arequipa, Coronel Alejandro Bezada, se incrementó hasta contar con seis Compañías y, adoptando el nombre de Batallón "Guardias de Arequipa", formó una Unidad propia, individualizada, la misma que de inmediato, escasos días después del 5 de abril, marchó al frente de operaciones al mando del propio Coronel Bezada.
Componían estas fuerzas las dos Columnas de la Guardia Civil de Arequipa, la Gendarmería de Arequipa y de Puno y la Guardia Nacional de Arequipa, las mismas que, poco después, formaron, con el Batallón "Ayacucho", la Tercera División del Ejército Peruano del Sur, cuyo Comandante General era el ínclito Coronel Francisco Bolognesi.
El destino no quiso que el Prefecto arequipeño llegara a enfrentarse al agresor, pues, a poco de su arribo a Iquique, falleció accidentalmente, siendo reemplazado por el Coronel Manuel Carrillo y Ariza.
Un documento inédito de febrero de 1879, que hemos encontrado en el Archivo Histórico Militar del Perú, nos da a conocer los Cuadros de las Columnas "A" y "B" de la Guardia Civil de Arequipa, nunca mencionados antes, y que sin embargo son de una gran importancia histórica por la preponderante actuación que sus efectivos tuvieron durante la guerra, especialmente en la gloriosa Batalla de Tarapacá. Copiamos de dicho documento:
Columna "A", Plana Mayor: Comandante de Guardias, Teniente Coronel Saturnino Benavides; Ayudante, Capitán Ruperto Matos; Capellán D. Manuel María Terán. 1ª Compañía: Inspectores, Capitanes Justiniano Peralta y Melchor Cárdenas; Tenientes José María Bustamante, Mariano Ramírez, Ismael Cuadros y Gregorio Rivera; Subteniente José Yáñez; y, los ciudadanos señores Pedro Manrique y Mariano Arce. 2ª Compañía: Mayor de Guardias, Capitán José M. Ávila; Inspectores, Capitanes Felipe Aragón y Clodomiro Chávez Valdivia; Tenientes Tomás B. Salas y Silverio Ballón; y, los ciudadanos señores José A. Valdivia, Baltasar Paz, Pablo Jordán e Isaac Zumarán.
Columna "B", Plana Mayor: Comandante de Guardias, Teniente Coronel Francisco Vera; Ayudante, Capitán Felipe Tapia. 1ª Compañía: Mayor de Guardias, Sargento Mayor César B. Vela; Inspectores, Capitanes Braulio Camacho, Rudecindo López y Daniel Cuadros; Teniente Santiago Perci; Subtenientes Aniceto Núñez y Manuel A. Chocano; y, los ciudadanos señores Nicanor Cuadros, Luis Gutiérrez y Jerónimo Rondón. 2ª Compañía: Mayor de Guardias, Sargento Mayor José Alvarado; Inspectores, Capitanes Manuel M. Rodríguez y Francisco Morales; Tenientes Juan M. Pérez y Hermenegildo Gonzales; y, los ciudadanos señores Enrique Rosas, Manuel Foulerio y José Carrasco.
Integrando la 1ª Compañía se encontraba quien en la Batalla de Tarapacá se haría famoso por su valor y heroísmo: el Guardia Civil Mariano Santos Mateos.
Durante los bloqueos y ataques a los puertos peruanos por la Marina chilena, la Guardia Civil y la Gendarmería multiplicaron sus esfuerzos para cumplir las funciones que le eran propias y otras que, al colaborar con las autoridades navales y del Ejército, les presentaba tal estado de emergencia. En Iquique, por ejemplo, las instrucciones impartidas por el Capitán de Fragata Manuel Benavides para la defensa de ese puerto peruano señalaban: "La Guardia Civil y la Gendarmería se situarán desde el muelle principal hasta el de Gildemeister, y si por causa de incendio o de defensa se vieran obligadas a dejar sus puestos, ejecutarán la marcha, ya sea a la derecha o izquierda, incorporándose a la División situada en cada extremo de la línea de defensa" 3.
Perdido en el Combate de Punta de Angamos, el 8 de octubre, el poderío naval del Perú, las operaciones bélicas subsiguientes se libraron en tierra, desarrollándose las llamadas Campañas de Tarapacá, de Tacna y Arica, de Lima y de la Sierra. En toda la sucesión de esos enfrentamientos se hallaron presentes los Guardias Civiles y los Gendarmes, junto a sus hermanos, los Soldados del Ejército de Línea, peleando con denuedo, aunque el triunfo no coronara siempre sus sacrificios, regando con su sangre generosa los campos de batalla y muriendo, muchos de ellos, como héroes anónimos, porque sus nombres quedaron olvidados, como abandonados quedaron sus huesos, calcinados por el Sol en los desiertos arenales y en las breñas.
Las nóminas de muertos y heridos, que a veces acompañaron los Partes de Batalla, siempre fueron incompletas. Unos cuantos nombres de Guardias Civiles, sin embargo, sirven para evidenciar su presencia -muy significativa por cierto- en las jornadas de la infortunada guerra y en las páginas de unos pocos libros de historia.
Así, sabemos que en la Batalla de Tarapacá, la Guardia Civil de Arequipa tuvo un Oficial (el Capitán Clodomiro Chávez Valdivia) y 34 Guardias muertos y 30 Guardias heridos; y la Guardia Civil de Iquique, seis Guardias muertos y dos heridos; la Gendarmería de Tarapacá, dos muertos y 10 heridos 4. En la Batalla de Tacna fueron heridos el primer jefe de los Gendarmes de Tacna y el Inspector de Guardias Mariano Santos Mateos 5.
Muchos miembros de la Guardia Civil y la Gendarmería, muertos o heridos en la contienda, fueron confundidos en las nóminas de bajas y los Partes de Batalla con efectivos del Ejército, tanto entre Oficiales cuanto en personal subalterno.
Desarticulados sus Cuadros, después de la Batalla de Tacna o Alto de la Alianza, el 26 de mayo de 1880, la Guardia Civil y la Gendarmería, que habían actuado a órdenes del Coronel Belisario Suárez, se replegaron hacia Moquegua y después a Arequipa, para conformar el Segundo Ejército del Sur, que Piérola encargó organizar al Coronel Andrés Gamarra, y luego al discutido Coronel Segundo Leiva, razón por la cual los efectivos policiales no pelearon bajo el comando del Coronel Bolognesi en la defensa del Morro de Arica.
La Policía bajo el comando del epónimo Coronel Francisco BolognesiAl pasar a formar parte de la Tercera División del Ejército Peruano del Sur, la Policía tuvo el alto honor de pelear bajo el comando del ínclito Coronel Francisco Bolognesi.
Fue así, a órdenes del futuro Héroe de Arica, que efectivos policiales contribuyeron, con coraje y valentía singulares, con probado y reconocido heroísmo, a conquistar una indiscutida victoria en la Batalla de Tarapacá, en la que un enemigo superior, en número de efectivos y de pertrechos, fue vencido y puesto en fuga, dejando en manos de los nuestros, prisioneros, armamento y trofeos muy estimados.
En el Parte de Batalla que le correspondió redactar al Coronel Bolognesi sobre la acción que le tocó desempeñar a las tropas de su comando, manifestó lo siguiente:
"Viendo que el enemigo continuaba posesionado ventajosamente, se prendió fuego a unas habitaciones, cuya iniciativa fue tomada por los Capitanes D. José Camilo Valencia, del Batallón 2º Ayacucho, y D. Rudecindo López, del "Guardias de Arequipa", con el fin de sacarlos de sus atrincheramientos, lo que condujo a esparcir el pánico en las filas enemigas, poniéndose en fuga, arrojando al suelo sus rifles después de haber sido arrancada de sus manos la Bandera Nacional del Regimiento "Segundo de Línea" por el soldado Mariano Santos, de la 1ª Compañía del "Batallón de Guardias de Arequipa", y tomándose, asimismo, muchos prisioneros, quedando el campo cubierto de centenares de muertos y heridos". 6
A su tiempo, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Coronel Belisario Suárez, consignó en su Parte lo que sigue:
"La 3ra. División del Ejército, si no se hizo como la anterior, centro de operaciones porque no se lo permitió su puesto en la línea, escribió su nombre en esta jornada, de tal suerte que están en su poder un estandarte enemigo, el del “2º de Línea”, tomado por el Guardia de Arequipa Mariano Santos. Muchos de los prisioneros probaron el denuedo de la lucha y la generosidad después de la victoria. El Señor Comandante General, Coronel Francisco Bolognesi, estuvo a la altura de sus soldados que caracterizan a aquellos cuya presencia en las filas enemigas hacían rendir banderas, y el Batallón “Guardias de Arequipa”, por sus certeras punterías, por el orden y serenidad, hizo suyo gran parte del honor de este triunfo en que Columnas de infantes naturalmente señaladas como víctimas de su propio valor evidenciaron una vez más la superioridad del valor y de la disciplina sobre los elementos que pueden oponerle los adelantos de la guerra moderna...". 7
El Coronel Bolognesi estuvo al frente de la Tercera División hasta el 3 de abril de 1880, en que fue designado Comandante General de Arica 8, en cuya defensa se sacrificó gloriosamente, ingresando a la inmortalidad el 7 de junio de 1880 como uno de los más altos exponentes del heroísmo y del amor a la Patria.
Inspector de Guardias Mariano Santos: El Valiente de Tarapacá
La honrosa mención del nombre y la hazaña de Mariano Santos Mateos en documentos oficiales tan importantes como los Partes de Batalla, cuyos fragmentos hemos transcrito, constituye un privilegio extraordinario, máxime si el primero de los elogios fue suscrito por el héroe por antonomasia, grande entre los grandes defensores de la Patria: Francisco Bolognesi.
El nombre de ese Policía figuró, entonces, y figura hoy, compartiendo los honores de la victoria al lado de los nombres de héroes de la talla de Bolognesi, Cáceres, Ugarte, Suárez, Sáenz Peña, Recavarren, Abril, Velarde y Seguín.
Así, Mariano Santos, ejemplo de valor y heroísmo, logró brillar con perfiles singulares como auténtico héroe y sobresalir sobre aquel anonimato que generalmente ocurre con los escalones de inferior jerarquía en las acciones de armas, pero sus compañeros de Unidad también se comportaron con bravura sin igual, como lo corroboran los Partes de Batalla de Tarapacá, suscritos por los Coroneles Francisco Bolognesi y Belisario Suárez el 27 de noviembre de 1879.
Con el nuevo grado de Inspector de Guardias Mariano Santos participó en la Batalla de Tacna, el 26 de mayo de 1880, donde resultó gravemente herido.
Desarticuladas las Fuerzas del Ejército aliado, sus Unidades tomaron diferentes direcciones, tocándole al Coronel Andrés Avelino Cáceres enrumbarse con parte de ellas hacia Tarata, Puno y Cusco, con el fin de organizarse para la defensa de la zona central del Perú.
Lo admirable durante aquella inaudita guerra fue la tenaz y valerosa resistencia del Perú, defendiendo su integridad territorial y rechazando al invasor. Henchido de dignidad, no se resignaba a la triste realidad de la derrota. Pero los esfuerzos fueron infructuosos. El Perú tuvo que afrontar una lucha desigual. La superioridad material del adversario era inmensa. Cuando se dispone de recursos abundantes, y adecuada preparación bélica, es fácil alcanzar la victoria. Lo grande, lo sublime, es, sin aquellos elementos, enfrentarse con coraje y abnegación cumpliendo el más sagrado de los deberes: la defensa de la Patria. Aunque en circunstancias diferentes, pero por el sentido heroico que las inspira, es pertinente citar las frases paradigmáticas del Cardenal Cisneros frente a los muros de Orán: "¿dónde yo podré mejor derramar mi sangre y acabar la vida que en querella tan justa y tan santa?". Nuestros compatriotas, en las más duras condiciones de apreciable inferioridad material, supieron ser más grandes que la adversidad, pues si en la mayoría de los campos de batalla no alcanzaron la victoria, con su heroísmo dieron al infortunio una aureola de grandeza y de gloria que enaltece la historia de los grandes sacrificios.
Queremos dar término al presente trabajo citando al ilustre escritor tacneño Modesto Molina: "El heroísmo no tiene ni clase ni condiciones; él se halla tanto bajo la humilde chaqueta del Soldado, como tras la casaca bordada del alto jefe. Recompensarlo como se merece es interpretar el sentimiento nacional y es provocar el estímulo, fuerte poder de la voluntad que ha creado en todo tiempo héroes y mártires". 9
bibliografía
1 Francisco García Calderón. "Diccionario de la Legislación Peruana". París, 1879. Tomo II, p. 1014.
2 Francisco García Calderón. Obra citada. Tomo II, p. 1021.
3 Benjamín Vicuña Mackenna. "Historia de la Guerra de Tarapacá". Santiago de Chile. 1880. Tomo III, pp. 729-731.
4 Mariano Felipe Paz Soldán. "Narración Histórica de la Guerra de Chile contra el Perú y Bolivia". 1884. 2ª Edición, Lima 1979. Tomo III p. 252.
5 Mariano Felipe Paz Soldán. Obra citada. Tomo III, pp. 262-263.
6 Eudoxio H. Ortega. "Francisco Bolognesi: El Titán del Morro". Lima, 1972, pp. 108-109.
7 Eudoxio H. Ortega. Obra citada, pp. 113-116.
8 Alberto Tauro del Pino. "Diccionario Enciclopédico del Perú". Lima 1966. Tomo I, p. 119.
9 Modesto Molina. "Hojas del Proceso: Datos para la Historia de la Guerra del Pacífico". 1880. 2ª Edición, Lima 1922, pp. 78-81.
Thursday, June 14, 2012
COLUNGA UN HEROE
Médico Colunga recolectó bayonetas entre los heridos de las batallas de San Juan y Miraflores y los entregó a la resistencia
VÍCTOR ALVARADOAntonia Moreno de Cáceres elogió su patriotismo de ocultarlas bajo tierra en el Jardín Botánico y entregárselas apenas se los pidióUn capítulo glorioso de la resistencia limeña a la invasión chilena fue protagonizado por los médicos de la Facultad de Medicina de San Fernando, liderados por el médico cirujano Miguel Fernández de Colunga (1836-1914), perennizado en la historia como el doctor Miguel Colunga y según lo ha narrado Antonia Moreno de Cáceres, en sus memorias, este galeno conformó un contingente que se batió íntegro para atender a heridos de la guerra y recolectar armas destinadas a los combatientes de la Breña, que ella recogió oportunamente y entregó a su esposo.Colunga, junto a un plana dirigente integrada por los doctores Armando Vélez, Ignacio Acuña, Urbano Carbonera, Manuel Injoque, Jacobo Hunter, Francisco Pineda y Juan de Dios Salas, entre otros, después de la derrota peruana en el combate de Angamos del 08 de octubre de 1879 y ante el advenimiento de la guerra terrestre puso a disposición de la Junta de la Guerra, jefaturada por el propio presidente Mariano Ignacio Prado, el contingente de médicos cirujanos y su material quirúrgico de enseñanza para ser utilizados en los frentes de batalla que inevitablemente se iban a producir en el sur.
Pero no solo eso, inmediatamente por iniciativa del doctor Colunga, en octubre de 1879, los alumnos y docentes de la Universidad Mayor de San Marcos formaron la columna Independencia, en un primer momento denominada “Carolina” y ofrecieron sus servicios al Supremo Gobierno para integrarse a las ambulancias del Ejército que ese tiempo, en la práctica, eran hospitales de campaña que se levantaban a poca distancia de los campos de batalla.
El pedido de los estudiantes sanfernandinos, alentado por Colunga, para desempeñarse en las ambulancias fue respondido favorablemente por el Gobierno y el 20 de octubre de 1879, éste fue nombrado teniente coronel y primer jefe de la Columna “Independencia” adscrita a la Guardia Nacional.
La columna nunca llegó a entrar en combate, porque no hubo necesidad de que lo haga porque no había plazas disponibles, pero alumnos y profesores estuvieron listos para marchar al frente apenas fueran requeridos.
Más adelante, luego de las derrotas en las batallas de Tacna (26 de mayo de 1880) y Arica (07 junio de 1880) y se perfilaba que Lima sería objeto de una invasión militar chilena, los alumnos y profesores sanfernandinos se integraron a la Tercera División de la Reserva para usar las armas en defensa de la ciudad. El gobierno dispuso mediante decreto supremo la incorporación de profesores y alumnos sanfernandinos a la III División de la Reserva.
El 15 de junio de 1881, fecha de la irrupción militar chilena en Miraflores, los reservistas que se encontraban en espera de ser llamados para la acción, pero este llamado no se produjo porque los invasores rompieron la línea central de la defensa de Miraflores y la Junta de la Guerra consideró inevitable la destrucción de las siguientes líneas de defensa, por lo que todas las divisiones de reserva, incluyendo la III de Colunga, fueron desactivadas y sus integrantes enviados a sus casas.
La derrota en Miraflores acarreó la desactivación de las ambulancias militares y la improvisación de nuevas ambulancias a cargo de los profesores y estudiantes de medicina y de los propios galenos militares dispersos, correspondiéndoles a los sanfernandinos realizar un trabajo abnegado, en la medida de sus posibilidades, porque luego de las batallas de San Juan y Miraflores, la demanda de atenciones médicas y quirúrgicas sobrepasaron la capacidad de los oferentes.
El doctor Leonidas Avendaño (1860- 1946), notable médico al igual que Colunga, aunque en 1881 era solo bachiller y años más tarde consagrado como galeno, precisó que los médicos eran poco lo que podían hacer en esa época porque los conocimientos sobre asepsia y antisepsia no eran muy difundidos aún, no había antibióticos, no se hacía transfusiones sanguíneas, no se realizaba infusiones endovenosas, la anestesia era rudimentaria y no había analgésicos potentes.
Y por si fuera poco, señaló que las técnicas quirúrgicas y traumatológicas tenían muchas limitaciones, etc., por lo cual la mortalidad fue altísima, de manera que sobrevivir, luego de haber sido herido en combate, se consideraba un milagro.
Colunga, al igual que Avendaño y los médicos voluntarios de la Columna “Independencia”, desde antes de la irrupción de los invasores en San Juan y Miraflores, improvisaron en el Hospital Militar San Bartolomé prácticas quirúrgicas previendo emergencias y según el propio Avendaño lo testimonió: “pasaban las noches, por estrechez de los cuartos de guardia, tendidos en el suelo del patio, a toda intemperie”.
En las primeras horas de la noche del 15 de enero de 1881, luego de vencida la resistencia peruana comenzaron a llegar los primeros heridos a Lima. Avendaño, así está registrado en los anales de la historia, dijo a sus compañeros: triste, con la melancolía de un dolor que anonadada, pero grave, con la serenidad de un requerimiento que apremia: “Las grandes pesadumbres se mitigan con el trabajo, van llegando nuestros heridos, vamos juntos a ellos, sólo está nuestro deber”.
Hasta ese momento, eran los heridos peruanos, después llegarían los otros, los del enemigo, a invadir los últimos rincones de la sala y hasta los corredores del hospital.
Los invasores no se conformaron con invadir el Hospital San Bartolomé, porque luego asaltaron el Museo de Historia Natural, su biblioteca y laboratorio de química y sustrajeron todo lo que encontraron.
Antonia Moreno de Cáceres, la esposa del general Cáceres, recuerda en sus memorias que Colunga había tenido la valiente decisión de recoger las bayonetas de todos los soldados que llegaron con sus armas en solicitud de atención y esconderlas bajo tierra y al ser informada de este gesto suyo, lo buscó y le dijo: “Doctor, sé que tiene usted armas; no me las va usted a negar: las quiero para mandárselo a mi marido a su campamento”.
Durante toda la noche trabajaron desenterrándolas. “No dejábamos de estar nerviosos. Felizmente, Dios nos protegió y todo salió bien”, ha escrito en sus memorias. El episodio de la recuperación de estas armas ocurrió un día antes del 9 de abril de 1881 del ingreso de las tropas invasoras al Jardín Botánico, que lo convirtieron en su cuartel y lo hicieron objeto de su destrucción total.
Colunga sobrevivió a la ocupación de Lima, formó parte del concejo limeño en la gestión del alcalde, general César Canevaro y se desempeñó como catedrático auxiliar de la cátedra de Historia Natural Médica que tenía como titular al sabio italiano Antonio Raimondi y lo reemplazó luego de su muerte. En 1884, renunció junto con los profesores de su facultad en protesta por decisión del traidor presidente Miguel Iglesias, de nombrar profesores sin concurso. (Mañana Parte XLV: Médicos que asistieron a los patriotas en la Guerra del Guano y Salitre y Defensa de Lima.
Wednesday, June 13, 2012
NOSTRADAMUS
Nostradamus predijo un gran terremoto para junio
Finalmente, llegamos al 2012, el año del supuesto “final” de la humanidad. ¿Quién no ha leído sobre los Mayas y sus famosas e inquietantes profecías acerca del fin del mundo? Pero los mayas no son los únicos que predicen una gran catástrofe en los días finales del año, sino, entre otros, el famoso astrólogo Nostradamus.
Michel de Notre-Dame era el nombre del célebre médico y adivino que gozó de gran renombre en el siglo XVI, y que aun hoy no ha sido olvidado. Desde niño demostró sorprendentes aptitudes para las matemáticas y la astronomía. Era un verdadero erudito, además de médico notable. Sus ocupaciones médicas, sin embargo no le impedían dedicarse a sus verdaderas pasiones, la astronomía y astrología.
Sus profecías se fundaban en el estudio de los astros. Gustaba de hacer predicciones cuyo contenido, según sus palabras, le venía naturalmente. En el prefacio de su célebre libro “Centurias” dice: “Yo presento un juego de mil oscuras rimas, que descubren y ocultan lo que brotará del futuro”.
En esta famosa obra, motivo de interés de curiosos y estudiosos a lo largo de los siglos, Nostradamus presenta cien rimas de cuatro líneas cada una. Los cuartetos no están ordenados cronológicamente. Estas predicciones, calculadas en su mayor parte astrológicamente, alcanzan sin embargo hasta el año 3797.
En la "Centuria IX”, el adivino anuncia un gran cataclismo para el mes de junio, aunque no describe específicamente el año 2012. Pero sí menciona posiciones planetarias, concretamente el Sol dentro de los 20 grados de la Constelación de Tauro, y según esos datos más algunas otras interpretaciones, podemos deducir que se trata de junio de 2012.
Para nuestra tranquilidad, muchas fuentes científicas insisten en que la relación entre los eventos mundiales ocurridos, y las descripciones de Nostradamus, no obedecen a otra cosa más que a traducciones e interpretaciones tendenciosas, por lo tanto no existen pruebas fehacientes de que sus predicciones se hayan cumplido.
Lo cierto es que, a partir del 11 de junio de 2012, Júpiter se instaló en un signo de Aire, Géminis, lo cual puede pronunciar una dualidad climática que aumente la posibilidad de grandes sorpresas y contratiempos. Durante el año en curso, es de esperar que se produzcan movimientos de tierra de gran intensidad.
El volcán más grande que existe en América es la Caldera de Yellowstone, donde los científicos han encontrado evidencias de una actividad volcánica superior a todo lo conocido. Una súper explosión tuvo lugar hace 620,000 años, cambiando dramáticamente la faz del continente. Si ocurriera una explosión de esa magnitud en nuestros tiempos, la onda de choque devastaría la vida en Norteamérica, además de sumir al resto del planeta en un invierno nuclear.
Los geólogos sostienen que no es descabellado esperar una súper explosión del temido volcán, en cualquier momento. ¿Podría esto tener relación con la antigua profecía de Nostradamus?
Nostradamus creía en un destino mejor para todos los hombres y la humanidad entera. ¿Será entonces ese gran cataclismo, una crisis que nos permitirá avanzar hacia el comienzo de una nueva era?
DE GIOVANNI
Una mujer, cansada de que su marido llegue ebrio a casa todas las noches, decide asustarlo y darle un escarmiento.
Esa noche, cuando el esposo todavía no regresa de la juerga, se disfraza de diablo y lo espera en silencio en la oscuridad.
Apenas escucha girar la llave de la puerta, la esposa se prepara y en cuanto entra el hombre alcoholizado como siempre, cae encima de él gritando:
"¡Grrrrrrrrr...! ¡He venido a llevarte!"
El hombre mira tranquilo y responde:
"Da lo mismo... ¡Hace veinte años que vivo con tu hermana!".
ajajajajajajajajajajaj
Tuesday, June 12, 2012
CLAVES PARA DETECTAR A UN PSCIPOPATA.
20 claves para detectar a un psicópata
Se calcula que el 1% de la población tiene tendencia a la psicopatía. Tu novia, tu padre, tu jefe en la oficina o, por qué no, tú mismo, podrían calificar como tal. Pero, ¿cómo detectarlos?
Los psicópatas se han convertido en personajes populares dentro del imaginario colectivo gracias a decenas de películas, la mayoría de ella hollywoodenses, que han utilizado sus perfiles para crear personajes malignos (baste recordar al genial Dr. Hannibal Lecter). Sin embargo las personas con este tipo de desórdenes realmente existen más allá de los estereotipos fomentados por el cine pop y sí, son personas naturalmente despiadadas y generalmente denotan mentes cuya inteligencia rebasa por mucho el estándar social.
Fue el psiquiatra Philippe Pinel quien en el siglo XIX sugirió que existía un cierto tipo de locura que no involucraba manías, depresión o psicosis y que llamó “manie sans délire” (demencia sin delirios). Al respecto escribió que los pacientes que padecían este desorden parecían “normales” a nivel superficial, pero que no eran capaces de controlar sus impulsos o manifestaban una cierta tendencia hacia la violencia. Pero no fue sino hasta 1891 cuando el doctor alemán J. L. A. Koch publicó su libro Die Psychopathischen Minderwertigkeiten, en el cual utilizaba, por primera vez, el término psicópata para etiquetar a las personas que padecían el mal detectado por Pinel.
Desde un principio se calculó que este desorden solo afectaba al 1% de las personas, pero, en contraste, el caos que ese 1% causaba era tan notorio que podía deteriorar profundamente o rediseñar a un grupo social. Y entonces surgió la pregunta: ¿Cómo podremos curar a los psicópatas? En la década de los sesentas un joven psiquiatra canadiense, Elliot Barker, creyó tener la respuesta. De acuerdo con su teoría, el hecho de que los psicópatas parecieran personas comunes sugería que eran capaces de enterrar su locura en algún lugar profundo de su mente. Siguiendo su hipótesis, Barker se propuso encontrar una manera de hacer emerger este desorden: su estrategia fue reunir a un grupo de psicópatas en una clínica, agruparlos desnudos en una habitación completamente pintada de verde brillante (llamada la “total encounter capsule”) y dosificarlos con una buena dosis de ácido lisérgico.
Esta fue la primera psicoterapia grupal, nudista y acompañada de LSD para psicópatas criminales. Durante la terapia, que se extendió por once días, los pacientes no tenían acceso a ninguna distracción: ropa, relojes, música, calendarios, ningún objeto. Estaban casi permanentemente expuestos (100 hrs semanales) a una desenfrenada discusión sobre sus emociones. Años después se comprobaría que los psicópatas tratados por Barker habían tenido mayores niveles de reincidencia criminal que aquellos tratados con los recursos tradicionales de la época.
Posteriormente, en 1975 y como resultado de una conferencia que reunió a psiquiatras especialistas en este desorden para analizar posibles patrones conductuales y de personalidad que pudiesen agrupar a los psicópatas en torno a características compartidas, se desarrolló la lista conocida como la “Robert Hare Checklist” que engloba 20 rasgos distintivos de la personalidad psicópata:
Item 1 Superficialmente encantador
Item 2 Notable sentimiento de autoestima (soberbia)
Item 3 Necesidad de estimulación / tendencia al aburrimiento
Item 4 Patológicamente mentirosos
Item 5 Manipuladores
Item 6 Carecen de sentido de la culpa
Item 7 Superficiales
Item 8 Indiferentes / carecen de sentimiento de empatía
Item 9 Estilo de vida parasitario
Item 10 Falta de control conductual
Item 11 Conducta sexual promiscua
Item 12 Problemas de conducta desde la niñez
Item 13 Falta de metas realmente posibles a largo plazo
Item 14 Impulsivos
Item 15 Irresponsables
Item 16 Incapacidad para asumir responsabilidad sobre sus actos
Item 17 Múltiples relaciones maritales efímeras
Item 18 Actitudes delincuenciales en la juventud
Item 20 Versatilidad criminal
A LEERLO
Controversia marítima Peruano - Chilena
JAVIER VALLE – RIESTRA
¿Cuándo y cómo surge dicho problema marítimo? El origen de la controversia entre Perú y Chile se encuentra en tres documentos jurídicos sobre los cuales Chile tiene una interpretación antojadiza: 1) La Declaración sobre Zona Marítima del 18 de agosto de 1952 (Declaración de Santiago); 2) el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima del 04 de diciembre de 1954; y 3) las Actas de la Comisión Mixta e Instalación de Faros de 1968 y 1969. Recordar que la controversia está referida: a) a la delimitación de las zonas marítimas de los dos Estados en el Océano Pacífico, que comienza en un punto en la costa denominado “Concordia” conforme al Tratado del 3 de junio de 1929; y, b) al reconocimiento a favor del Perú de una vasta zona marítima que se sitúa dentro de las doscientas millas marinas adyacentes a la costa peruana, y que por tanto nos pertenece, pero que los sureños consideran como parte del alta mar. Veamos:1) LA DECLARACIÓN DE SANTIAGO. Su objeto fue propiciar acciones para proteger los recursos marinos hasta las doscientas millas, su fin proteger los recursos marítimos de Chile – Perú - Ecuador y conjurar la caza de ballenas por embarcaciones extranjeras en el mar adyacente a las costas de los tres países. Se suscribió una Declaración. Una proclama. No un Tratado. Fue un manifiesto político. Un proto-derecho en el que proclamamos como norma de política internacional marítima la soberanía y jurisdicción exclusivas hasta una distancia de doscientas millas. No existe elemento para afirmar que perfeccionáramos una fronterización marítima peruano-chilena.
2) EL CONVENIO SOBRE ZONA ESPECIAL FRONTERIZA MARÍTIMA. Flotas pesqueras de ultramar pretendían desconocer la zona marítima establecida por el acuerdo tripartito. Ante las protestas de las principales potencias marítimas se firmaron compromisos adicionales entre Perú, Chile y Ecuador para evitar la depredación irracional de los recursos vivientes. Se fijo un área de tolerancia que permitiera a las pequeñas pesqueras de escasos recursos tener un margen de ubicación adyacente a la zona de frontera común. Por ello, Chile erróneamente sostiene que el asunto de límites ya ha sido definido por este Convenio.
3) LAS ACTAS DE LA COMISIÓN MIXTA E INSTALACIÓN DE FAROS. Chile considera que el Tratado de 1929 ha sido modificado por un informe suscrito por técnicos de ambos países en 1968 y un acta de la comisión técnica que en 1969 instaló unas torres de señalización para orientar a los pescadores artesanales, y que, consiguientemente, el punto de inicio de la frontera marítima se encontraría dentro del territorio, en la coordenada de latitud 18°21’00”, exactamente en el emplazamiento del Hito N° 1 de la frontera terrestre. Es absurdo pretender que unas actas sobre la instalación de faros de enfilamiento no sólo ratificarían un inexistente límite marítimo, sino que, de paso, habrían modificado también el Tratado de Límites Terrestres de 1929, que establece cómo la frontera comienza en la orilla del mar o punto Concordia. Absurdo. Unos electricistas definen fronteras.
Monday, June 11, 2012
DESASNANDOSE
Abeja: zumba. Asno:rebuzna, ornea, rozna. Autilo:
ulula.Becerro: berrea. Buey: muge. Búho: ulula. Caballo: relincha, bufa. Cabra:
bala.Cabrito: chozpa. Cerdo: gruñe, guarrea. Ciervo:
bala, berrea, ronca, brama.Cigarra: chirría. Cigüeña: crotora. Cochinillo: guañe. Conejo:
chilla.Cordero: bala, chozpa. Cotorra: carretea. Cuervo: grazna,
grajea, urajea, vozna.Chacal: aulla. Chicharra: chirría. Elefante:
barrita, berrea.Gallina: cacarea,
cloquea, cloca.Gallo: canta, cacarea. Gamo: bala, gamita, ronca. Ganso:
grazna, grajea, urajea, vozna.Gato: maúlla,
bufa, ronrronea, maya.Grajo: grazna, grajea,
croaja, crocita.Grillo: grilla, chirría. Grulla: gruye. Jabalí:
arrúa, rebudia, gruñe, guarrea.León:
ruge.Liebre: chilla. Lobo:
aúlla, ulula, otila, guarrea.Loro:
garre, carretea.Mochuelo: ulula. Mono: chilla. Onza:
himpla.Oso: gruñe. Oveja: bala, balita, balitea. Pájaro: gorjea, piola, gorgorita, trina. Paloma: arrulla, zurea, cantalea. Pantera:
himpla.Pato: parap, tita, grita,
grazna.Pavo: gluglutea, tita. Perdiz: cuchichia, titea, ajea, serra. Perro: ladra, gañe, late, gruñe. Pollito: pía. Pollo: pía,
piola, piula, pipía.Rana: croa,
groa, charlea.Ratóan: chilla. Rinoceronte: barrita. Serpiente:
silba.Toro: brama, muge, bufa, aturnea. Tórtola: arrulla. Vaca:
muge, remudia, brama.Zorra: ladra, tautea. Zorro: aúlla, guarrea.
Onomatopeyas
Abeja: zumba. Asno:rebuzna, ornea, rozna. Autilo: ulula. Becerro: berrea. Buey: muge. Búho: ulula. Caballo: relincha, bufa. Cabra: bala. Cabrito: chozpa. Cerdo: gruñe, guarrea. Ciervo: bala, berrea, ronca, brama. Cigarra: chirría. Cigüeña: crotora. Cochinillo: guañe. Conejo: chilla. Cordero: bala, chozpa. Cotorra: carretea. Cuervo: grazna, grajea, urajea, vozna. Chacal: aulla. Chicharra: chirría. Elefante: barrita, berrea. Gallina: cacarea, cloquea, cloca. Gallo: canta, cacarea. Gamo: bala, gamita, ronca. Ganso: grazna, grajea, urajea, vozna. Gato: maúlla, bufa, ronrronea, maya. Grajo: grazna, grajea, croaja, crocita. Grillo: grilla, chirría. Grulla: gruye. Jabalí: arrúa, rebudia, gruñe, guarrea. León: ruge. Liebre: chilla. Lobo: aúlla, ulula, otila, guarrea. Loro: garre, carretea. Mochuelo: ulula. Mono: chilla. Onza: himpla. Oso: gruñe. Oveja: bala, balita, balitea. Pájaro: gorjea, piola, gorgorita, trina. Paloma: arrulla, zurea, cantalea. Pantera: himpla. Pato: parap, tita, grita, grazna. Pavo: gluglutea, tita. Perdiz: cuchichia, titea, ajea, serra. Perro: ladra, gañe, late, gruñe. Pollito: pía. Pollo: pía, piola, piula, pipía. Rana: croa, groa, charlea. Ratóan: chilla. Rinoceronte: barrita. Serpiente: silba. Toro: brama, muge, bufa, aturnea. Tórtola: arrulla. Vaca: muge, remudia, brama. Zorra: ladra, tautea. Zorro: aúlla, guarrea.